El Jardín de San Francisco

El Jardín de San Francisco

miércoles, 31 de octubre de 2018


Francisco recitaba esta oración ya en 1205-1206, durante su período de discernimiento vocacional, cuando frecuentaba la pequeña iglesia de San Damián donde se encontraba el Crucifijo bizantino que aún hoy puede verse en la Basílica de Santa Clara.
¡Oh alto y glorioso Dios!
ilumina las tinieblas de mi corazón.                                        
y dame fe recta,
esperanza cierta y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Señor,
para que cumpla tu santo y veraz mandamiento.


Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,22-30):

En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando.
Uno le preguntó: «Señor, ¿serán pocos los que se salven?»
Jesús les dijo: «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán.
Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo: "Señor, ábrenos"; y él os replicará: "No sé quiénes sois." Entonces comenzaréis a decir: "Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas." Pero él os replicará: "No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados." Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.»

EL DÍA DE TODOS LOS SANTOS
En estas fechas cercanas a noviembre, las televisiones hacen reportajes sobre las diferentes tradiciones que hay en torno a los difuntos.
Lo típico, llevar flores a los cementerios, crisantemos a ser posible, limpiar y decorar los panteones de la familia, etc.  Normalmente la noticia termina diciendo la cantidad de dinero que se gasta en flores y la cantidad de gente que acude estos días a los cementerios.
En realidad, quizás olvidemos los motivos de estos ritos y símbolos que la tradición ha conservado.
Los cristianos, desde tiempo inmemorial, recuerdan el día 1 de noviembre a todas las personas que durante su vida han sido un ejemplo, un testimonio para los demás.; personas que incluso han llegado a perder su vida por ser fieles a su fe, a éstos se les llama mártires.
Personas, algunas de las cuales han sido tan profundamente humanas y generosas que son para todos un modelo de vida., a éstos se les llama santos cuyos nombres recordamos cada día del año.Y también personas que sin hacer nada extraordinario han pasado por la vida haciendo el bien, como lo hizo también Jesús.
 Éstos son Todos los Santos.
Por eso siguiendo la tradición, el primer día de noviembre la humanidad entera se alegra y celebra una fiesta,  porque ha habido tantas y tantas personas que han hecho realidad los sueños de Dios de un mundo más justo, más fraterno y más humano; y  al mismo tiempo se  pide en oración que siga habiendo entre nosotros gente de esta categoría.
San Ignacio pensaba que era muy fácil ser santo. De hecho, no hace falta tener muchos títulos o mucho dinero para hacer bien a los demás.  Incluso decía que la santidad consistía en…. estar siempre alegres. ¿Te animas a ser santo?

DÍA DE LOS DIFUNTOS
El próximo viernes día 2 de noviembre celebraremos la fiesta de todos los difuntos. Desde tiempos antiguos la persona humana ha sentido un respeto hondo y profundo por el misterio de la muerte. Ella ha inspirado muchos ritos y símbolos que son una reflexión acerca de la vida después de la muerte.
               Multitud de tumbas prehistóricas encontradas poseen un agujero, que casi no se nota, en su parte superior. Lo hacían así para facilitar la salida del espíritu del difunto hacia las regiones del cielo.
              
Las culturas amerindias han enterrado a las personas en tinajas de barro, colocando al muerto en la posición que tienen los niños en el seno de su madre antes de nacer. Lo hacían así porque estaban convencidos de que la muerte es el camino para un nuevo nacimiento.
Las pirámides son tan sólo las tumbas de algunos faraones. Están en punta apuntando hacia el cielo. Y allí eran enterrados los reyes egipcios, provistos de todos sus objetos personales: joyas, sillas, platos, vasos... con la firme creencia de que los iban a utilizar en la nueva vida que iniciarían en breve. Incluso se les daba un libro titulado “El libro de los muertos”, que era una especie de guía para que supieran comportarse de forma adecuada en el más allá. Otras culturas africanas entierran a sus muertos mirando hacia el este, por donde sale el sol, porque creen que la muerte es como una noche pasajera tras la que hay un nuevo amanecer; así como el sol muere y renace cada día, así también ocurrirá con aquella persona.
 Nuestros cementerios cristianos tienen un árbol característico: el ciprés, alargado e indicando hacia lo alto. El ciprés es un símbolo muy familiar por todo el Mediterráneo que indica el camino que van a seguir quienes son enterrados.        
Desde siempre el ser humano ha pensado que la muerte no puede ser el final, que deben existir nuevos horizontes para la persona. Por eso, el día de los difuntos es un día de esperanza: Jesús de Nazaret ha vencido a la muerte y todos nuestros seres queridos que ya han muerto también lo han hecho.
No dejemos pasar estos días sin tener un recuerdo y oración por nuestros difuntos.

LA FÁBULA DEL LÁPIZ
El niño miraba a la abuela escribir una carta. En un momento dado, le preguntó:
-“Abuela, ¿estás escribiendo una historia que nos sucedió a nosotros? ¿Es, por casualidad, una historia sobre mí?”
La abuela dejó de escribir, sonrió y le comentó al nieto:
-“Estoy escribiendo sobre ti, es verdad. Ahora bien, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueras como él, cuando crezcas”.
El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada especial y dijo
 -“¡Pero si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida!”
-“Todo depende de cómo mires las cosas”. Dijo la abuela.
Hay cinco cualidades en él que, si consigues conservarlas, te harán siempre una persona en paz con el mundo.
PRIMERA CUALIDAD Puedes hacer grandes cosas, pero no debes olvidar nunca que existe una mano que guía tus pasos. A esa mano la llamamos Dios y Él debe conducirte siempre en la dirección de su voluntad.
SEGUNDA CUALIDAD De vez en cuando necesito dejar de escribir y usar el sacapuntas. Con eso, el lápiz sufre un poco, pero al final está más afilado. Por tanto, has de saber soportar algunos dolores porque te harán ser una persona mejor.
TERCERA CUALIDAD El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar los errores. Debes entender que corregir una cosa que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para man­tenernos en el camino de la justicia.
CUARTA CUALIDAD Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que lleva dentro. Por tanto, cuida siempre lo que ocurre dentro de ti.
Por último, la QUINTA CUALIDAD del lápiz: Siempre deja una marca. Del mismo modo, has de saber que todo lo que hagas en la vida, dejará huellas, así que, procura ser cons­ciente de todas tus acciones.


Padre Nuestro…




miércoles, 24 de octubre de 2018


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»
Pedro le preguntó: «Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?»
El Señor le respondió: «¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda en llegar", y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.»

El Evangelio insiste en que hemos de estar vigilantes a la llegada del Señor. No sabemos ni el día ni la hora, su llegada se asemeja a la sorpresa causada por la irrupción inesperada del ladrón o la inspección imprevista del amo. El Hijo del hombre llega a nuestras vidas cada día, pero, si no estamos vigilantes, nos podemos quedar sin disfrutar de la dicha de su presencia viva. Nos pasa muchas veces: ¡cuántas noches llegamos a la cama con el corazón vacío y triste, sin haber acogido su gracia, su sabiduría y su amor! Jesús es muy directo: la vida cristiana se debe vivir en clave de expectación y de constante acogida de su Presencia, que todo lo llena de sentido

Esta semana debemos estar especialmente atentos, este viernes celebramos el Espíritu de Asís y el Señor nos pide que seamos Sembradores de Paz recordando  la Jornada de oración que tuvo lugar el 27 de octubre 1986 en Asís. Este encuentro reunió por  invitación del Papa Juan Pablo II, todas las principales religiones del mundo para orar por la paz mundial.

«Elegí esta ciudad de Asís como lugar para nuestra Jornada de Oración por la paz debido a lo que representa el Santo que aquí se venera, San Francisco, conocido y venerado por infinidad de personas en todo el mundo como un símbolo de paz, de reconciliación y de hermandad. Inspirados en su ejemplo, en su mansedumbre y humildad, dispongamos
nuestros corazones a la oración en recogimiento interior”


A este llamamiento acudieron ciento cincuenta representantes de las doce principales religiones del mundo y rezaron y ayunaron juntos. Un soplo del Espíritu Santo para lograr armonía y paz en el mundo inspirado en el Hermano Francisco. Una propuesta para recorrer caminos de encuentro, de diálogo y amistad.
Hoy somos unos pocos alumnos y profesores, pero también queremos unirnos a este Espíritu de Asís y hacernos mensajeros de paz, esa paz que debemos llevar a nuestras casas, a nuestros amigos, y especialmente a nuestras aulas este próximo viernes.
Nos preparamos para ello y reflexionamos sobre nuestros momentos de cada día, nuestras discusiones, nuestros enfados, nuestros problemas… lo que vemos a diario, lo que vivimos, nuestros modelos en la vida, nuestras conversaciones en el patio, con la familia,..
Por ello pedimos al Señor que nos ayude en esta tarea y vamos a decir la oración de San Francisco, muy despacio e intentando saborear cada una de sus palabras:  

¡Señor, hazme de mi un instrumento de tu paz!.
Qué lejos estamos muchas veces de ser instrumentos de paz en el hogar, en la clase,... Nos convertimos en instrumentos de división, el egoísmo prevalece y sólo pensamos en nuestro interés y para lograr nuestros objetivos no nos importa atropellar a nuestros prójimos.
¿Cómo podemos convertirnos en instrumentos de paz?.
Que allí donde haya odio, ponga yo amor.
La violencia siempre la combatimos con violencia, si encontramos odio respondemos con la misma moneda -la del odio- nos es sumamente difícil obsequiar amor. El Cristianismo nos pide que amemos a nuestros enemigos... así de exigente ¡cierto! muchas veces hemos fallado, pero, sembremos los caminos de amor para cosechar amor y así iremos cambiando la faz de la tierra, no olvidemos que: Dios es Amor y el que vive en el amor en Dios permanece y Dios en él.
Donde haya ofensa, ponga yo perdón.
Dicen que hay que cambiar el corazón del hombre para cambiar el mundo. Si nos hacen daño nos es sumamente difícil perdonar. Hay que pensar y actuar como lo haría Cristo y podremos perdonar, ¡sé que es difícil!, pero Cristo quiere mover nuestros corazones, perdonemos y démosle un vuelco a este mundo para hacerlo humanamente habitable. Cristo desde la cruz nos perdonó, ¡qué esperamos para perdonar!.
Donde haya discordia, ponga yo unión;
Donde haya error, ponga yo verdad;
Donde haya duda, pongo yo fe.
Cuando nuestra Fe esté tambaleante, reconozcamos nuestras limitaciones y volvamos los ojos hacia Cristo que dijo: ¨Yo soy el camino la verdad y la vida¨, camino que nos da certeza, verdad que alimenta nuestra fe.
Donde haya desesperación, ponga yo esperanza
Cuántos cuerpos y almas invadidos por el desaliento que se quiebran frente a las dificultades de la vida, que han perdido el rumbo y el sentido de la existencia. 
Toquemos sus corazones y su inteligencia para reorientar sus vidas y vean que vale la pena vivir, que Cristo da razón a sus existencias, que siempre está presto a darles la mano, a entenderlos, que siempre los está esperando pacientemente para cobijarlos con el calor de su amor.
Donde haya tinieblas, ponga yo luz
La sociedad materialista y  consumista, nos atrapa, en ocasiones nos deja sin rumbo y desorientados. En las enseñanzas de Cristo está esa luz que muchos buscan pero que no han encontrado, por eso hay que acudir a las fuentes del Evangelio para beber de sus riquezas y encontrarse con quien es alfa y omega, principio y fin que da sentido y luz a nuestras vidas.
Donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Nuestro Cristianismo no debe ser de caras tristes que dicen derrotismo, cobardía, falta de fe. Debemos obsequiar la alegría de comunicar la buena nueva. Debemos de ser capaces de contagiar nuestra alegría y comunicar nuestro amor.
¡Oh Maestro!, que no busque yo tanto ser consolado como consolar;
Muchos buscamos ser consolados pensando sólo en nosotros mismos, sin embargo debemos consolar, ser solidarios, hacer a un lado el egoísmo y saber donarnos a los demás.
El hombre es un ser para la complementariedad, necesitamos de los demás pero los demás también necesitan de nosotros, abramos nuestro corazón y siempre extendamos la mano amiga, la mano fraterna, las palabras y actitudes que puedan consolar a quien lo necesita.
Ser comprendido como comprender.
Comprender es saber ponerme en el zapato del otro, es interesarnos en él, es tratar de caminar junto a él para acompañarlo en el camino de su búsqueda. Muchos que piensan diferente a nosotros están buscando para tratar de entender el mundo en que viven y merecen nuestro respeto, nuestra comprensión, de ellos también aprendemos mucho de la vida. Acompañándonos y comprendiéndonos logramos retroalimentarnos para crecer y madurar juntos.
Ser amado como amar.
El sólo buscar ser amado y por lo tanto servido nos puede llevar al egoísmo, a pensar en nosotros mismos de espaldas a nuestros hermanos en Cristo. Antes que buscar ser amados debemos amar con la mayor intensidad posible y lo demás llegara por añadidura.
Amar es saber entregarnos a los demás siempre buscando su bien, es saber donarnos en un mundo necesitado y ávido de amor.
Porque dando es como se recibe.
Al dar recibimos el don de la profunda satisfacción que produce alegría, hay almas grandes que dicen que dar produce mayor alegría que recibir y muchos padres de familia sabemos de ello. Dando nos regalamos la armonía que produce la profunda satisfacción y Cristo en su infinita sabiduría lo toma en cuenta si lo hacemos con amor.
Olvidando, como se encuentra.
Perdonando, como se es perdonado.
No nos podemos engañar a nosotros mismos: sabemos de nuestras flaquezas, de nuestros tropiezos, nuestros pecados, dijo Cristo: Que tire la primera piedra quien esté libre de pecados...
Pedimos que se nos perdone y muchas veces somos incapaces de perdonar, fácilmente olvidamos la oración del Padre Nuestro que Cristo nos dejó y debemos encarnarla en nuestra realidad, hacerlo vida y aprender a perdonar no sólo con la palabra sino con el corazón.
Muriendo, como se resucita a la vida eterna
Nuestra existencia tuvo un principio y tendrá un fin. Cuando sustentamos el trayecto de nuestra vida en los Valores Evangélicos, que le dan el sentido trascendente al término del trayecto terrenal, nacemos a la vida eterna donde habremos de encontrar la felicidad y plenitud de nuestro Ser en ese encuentro con el rostro de Cristo.

Si quieres sembrar la paz piensa:
1. Eres alguien muy importante. Quiérete.
2. Valora a tus amigos. Les dará seguridad.
3. Descubre todo lo que te une a los demás por encima de lo que te separa.
4. Respeta las opiniones. Así contribuirás al diálogo.
5. Aprende a escuchar, comprenderás mejor a los demás.
6. Esfuérzate por terminar bien tus tareas. Disfrutarás con el resultado.
7. Cumple con tus responsabilidades, los demás lo necesitan.
8. Trabaja en grupo. Nadie sabe más que todos juntos.
9. Comparte tus cosas con los demás. Te hará muy feliz.
10. Pon paz dentro de ti, de esta forma estarás poniendo también paz a tu alrededor.


miércoles, 17 de octubre de 2018


Hoy vemos cómo el Divino Maestro nos da algunas lecciones: entre ellas, nos habla de los diezmos y también de la coherencia que han de tener los educadores (padres, maestros y todo cristiano apóstol). En el Evangelio según san Lucas de hoy, la enseñanza aparece de manera sintética,todo el pensamiento del Señor concluye en que el alma de nuestra actividad han de ser la justicia, la caridad, la misericordia y la fidelidad.
Texto del Evangelio (Lc 11,42-46): 

En aquel tiempo, el Señor dijo: «¡Ay de vosotros, los fariseos, que pagáis el diezmo de la menta, de la ruda y de toda hortaliza, y dejáis a un lado la justicia y el amor a Dios! Esto es lo que había que practicar aunque sin omitir aquello. ¡Ay de vosotros, los fariseos, que amáis el primer asiento en las sinagogas y que se os salude en las plazas! ¡Ay de vosotros, pues sois como los sepulcros que no se ven, sobre los que andan los hombres sin saberlo!». Uno de los legistas le respondió: «¡Maestro, diciendo estas cosas, también nos injurias a nosotros!». Pero Él dijo: «¡Ay también de vosotros, los legistas, que imponéis a los hombres cargas intolerables, y vosotros no las tocáis ni con uno de vuestros dedos!».

REFLEXIÓN

PARA UNA BUENA CONVIVENCIA
Resultado de imagen de buena convivencia1- No juegues nunca con los sentimientos de los demás. No avergüences a nadie, mucho menos delante de otras personas.
2- Niégate a mortificar a otros con ocurrencias, sutilezas y genialidades, por muy superior que te creas en inteligencia, cultura, dinero, propiedades, poder, belleza, aptitudes... El humillado nunca lo olvidará.
3- Procura actuar siempre con justicia o, mejor aún, con cordialidad. De ese modo evitarás resentimientos y hostilidades. Una manera óptima de servir al prójimo consiste en amarlo.
4- Nunca cortes las alas de la ilusión y de la esperanza a tus colaboradores; la esperanza y la ilusión alegran el corazón del ser humano y lo impulsan hacia otras realidades y espacios a veces insospechados.
5- Sé respetuoso con los demás. Sé correcto en el hablar. Procura no falsear nunca la verdad ni disfrazarla. Jamás perjudiques a nadie ni de palabra ni por escrito.
6- Aprende a acoger con una sonrisa. A veces es difícil sonreír. Sin embargo, ofrecer una sonrisa a alguien, en un momento determinado, puede aportar satisfacciones interiores y recompensas inesperadas.
7- Sé una persona emocionalmente estable. No pases de los gritos a la charla sosegada, de la alegría incontrolada a la depresión y las lágrimas.
8- Interésate por quien camina a tu lado triste, agobiado, preocupado; pero siempre dentro del mayor respeto por su intimidad. Saberse acompañado en los momentos difíciles, y de una manera incondicional, es el mejor remedio y la mayor demostración de una auténtica amistad. Es una de las grandes conquistas humanas.
9- Si quieres triunfar ante los demás, 'aprende a escuchar', 'ten paciencia', habla con ponderación' y aprende a 'ponerte en la piel del otro'.

Convivir es vivir con. Consiste en compartir la vida, las actividades, con otros. Las convivencias son, por tanto, encuentros para convivir, para buscar juntos un objetivo, compartir la vida, las experiencias, y buscar una proyección futura.

PADRE NUESTRO……


miércoles, 10 de octubre de 2018


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LA  HISTORIA  DE  LA  CONSTANCIA

Esta es la historia de dos ranas que saltaron dentro de un cubo de nata en una lechería.
-  Más vale que nos demos por vencidas (graznó una de ellas mientras se esforzaba en vano por salir). Estamos perdidas.
- Sigue nadando (dijo la otra). Saldremos de alguna manera.
- Es inútil (chilló la primera). Es demasiado espeso para nadar; demasiado blando para saltar; demasiado resbaladizo para arrastrarse. Como, de todas maneras, hemos de morir algún día, mejor que sea esta noche.
Aquella misma noche se dejó caer y pereció ahogada. Su amiga siguió nadando y nadando sin rendirse…
               Y al amanecer, se encontró sobre un montón de mantequilla que ella misma había batido. Y allí estaba, sonriente, comiéndose las moscas que acudían en bandadas de todas las direcciones.
               Aquella rana descubrió lo que muchos pasan por alto. Si somos constantes en nuestra tarea el tiempo suficiente, a la larga saldremos triunfantes.

REFLEXIÓN:
Estás comenzando la aventura de un nuevo curso. Que no te puedan las dificultades. No pierdas en todo el año las ganas que tienes ahora de conseguir tus objetivos.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,1-4):

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.»
Él les dijo: «Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación."»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN
En el evangelio Jesús nos enseña la oración del Padrenuestro. Es la respuesta a la inquietud de sus discípulos por la oración: “Señor, enséñanos a orar”. Es la oración fundamental, es decir la que nos lleva al fondo de nuestra fe, a nuestra experiencia filial.
El Padrenuestro es un maravilloso y sencillo mapa para viajar al centro. En la versión de Lucas, nos lleva al centro a través de cuatro peticiones esenciales: el reino, el pan, el perdón, la preservación de la tentación.
 Jesús ora porque necesita viajar al centro de su experiencia filial, porque necesita respirar el cariño de su Abbá. Jesús es el gran experto del "viaje al centro", y  desde el centro, se conecta con todos y con todo.
Estas expresiones pueden malentenderse en tiempos en que hemos hablado, más bien, de la necesidad de viajar por la periferia. No hay contradicción. Aquí el "centro" no significa el ámbito del poder sino el núcleo de la persona, su corazón. Viajar al centro es viajar al santuario de nuestra identidad, en el que descubrimos a Dios, nos descubrimos a nosotros mismos de un modo nuevo, nos vinculamos a los demás en la raíz y nos insertamos en el mundo, por eso orar es como respirar.

Para terminar esta oración de la mañana recemos el Padrenuestro