Buenos
días, paz y bien hermanos.

Es
difícil aprender a ser humilde sin humillaciones.Muchas veces le pedimos a Dios
cosas tales como que nos dé un corazón de niño, pero luego nos quejamos cuando
nos consideran menos y no cuentan con
nosotros, si n olvidan, si nos han criticado y se han reído de nosotros, o si
hemos cosechado un fracaso, o si el otro tiene más acierto que nosotros. Por
ello vamos a pedir al Señor que nos de humildad.
PARÁBOLA DEL FARISEO Y EL RECAUDADOR DE IMPUESTOS.
Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo, y el
otro, recaudador de impuestos. 11 El fariseo se puso a orar consigo
mismo: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres —ladrones,
malhechores, adúlteros— ni mucho menos como ese recaudador de
impuestos. 12 Ayuno dos veces a la semana y doy
la décima parte de todo lo que recibo.” 13 En
cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni
siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y
decía: “¡Oh Dios, ten compasión
de mí, que soy pecador!”
14 »Les digo que éste,
y no aquél, volvió a su casa justificado ante Dios. Pues
todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será
enaltecido.»´
Algunos compromisos que podemos realizar para rebajar
nuestro ego y ser más humildes son los siguientes:
- No presumas del bien que haces, ni lo publiques en los medios de comunicación.
- No te complazcas en el bien que haces, no le des tanta importancia, que ni tu mano izquierda sepa lo que hace tu mano derecha
- No trates de ocultar tus fallos y fracasos
- No te excuses ni te disculpes tanto
- Aprende a callar y a no defenderte cuando alguien te acusa, como lo hizo Jesús
- Aprende a pedir perdón
- Participa, da tu opinión, sin temor al ridículo, pero no pongas al otro en ridículo
- Habla más de los valores y éxitos del otro que de sus defectos
- Ejercítate en servir a los demás, siempre de abajo arriba
- Renuncia definitivamente al comparativo
Por
último vamos a pensar cuales de estos nos podemos aplicar a nosotros mismos y
cómo lo podemos hacer.
Marina Centenera y Carmen Rodríguez (1º Bachillerato)