
¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!
Bienvenidos al colegio de nuevo. Mientras hemos estado de
vacaciones hemos celebrado el mayor acontecimiento universal: “Jesús ha
Resucitado”.
En estas fechas nos solemos felicitar diciendo: ¡Feliz
Pascua!, lo mismo que en Navidad, pues para nosotros es una gran noticia que el
Padre haya hecho el gran milagro de resucitar a su Hijo. Fue un hecho
extraordinario que ni los mismos apóstoles esperaban. Así nos lo recuerda San
Juan:
“El primer día de la semana María Magdalena fue al sepulcro
muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, y vio quitada la piedra que tapaba
la entrada. Corrió entonces a donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo,
aquel a quien Jesús quería mucho, y les dijo: “¡Se han llevado del sepulcro al
Señor y no sabemos dónde lo han puesto!”
Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Los
dos iban corriendo juntos, pero el otro corrió más que Pedro y llegó primero al
sepulcro. Se agachó a mirar y vio allí las vendas, pero no entró. Detrás de él
llegó Simón Pedro, que entró en el sepulcro. Él también vio allí las vendas, y
vio además que la tela que había servido para envolver la cabeza de Jesús no
estaba junto a las vendas, sino enrollada y puesta aparte. Entonces entró
también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio lo
que había pasado y creyó. Y es que todavía no habían entendido lo que dice la
Escritura, que él tenía que resucitar”.
REFLEXIÓN: A nosotros en un principio como le ocurrió a
María, a Pedro o a Juan nos cuesta comprender… hasta que somos conscientes de
que vivimos un tiempo especial.
DOS HERMANOS
Pascua de Resurrección nos habla de amor total, de entrega,
de hacer realidad el mandamiento de Jesús: “Amaos unos a otros como Yo os he
amado”.
La historia cuenta que había dos hermanos que se querían con
toda el alma. Ambos eran agricultores. Uno se casó y el otro permaneció
soltero. Decidieron seguir repartiendo toda su cosecha a medias.
Una noche el soltero soñó: ¡No es justo! Mi hermano tiene
mujer e hijos y recibe la misma proporción de cosecha que yo que estoy solo.
Iré por las noches a su montón de trigo y le añadiré varios sacos sin que él se
dé cuenta.
A su vez, el hermano casado soñó también una noche: ¡No es
justo! Yo tengo mujer e hijos y mi futuro estará con ellos asegurado. A mi
hermano, que está solo, ¿quién lo ayudará? Iré por las noches a su montón de
trigo y le añadiré varios sacos sin que se de cuenta.
Así lo hicieron ambos hermanos. Y ¡oh, sorpresa!, ambos se
encontraron en el camino, una misma noche, portando sacos uno para el otro. Se
miraron, comprendieron lo que pasaba y se abrazaron con un abrazo de hermano,
aún más fuerte, y para siempre.
REFLEXIÓN
A veces, es necesario hacer un alto en nuestra vida y
valorar las bendiciones que tenemos al contar con un hermano. Es esencial, como
cristianos, amarnos como tales. No podemos dar testimonio de Vida, si no amamos
a los que están más cerca de nosotros. El Señor nos pide caridad y entrega.
Estamos celebrando la Pascua de Resurrección. Hoy es un buen día para empezar.
¿UNA VIDA NUEVA?
Continuamos en tiempo de Pascua; son los cincuenta días de
celebración del gran acontecimiento de la Resurrección… Ese acontecimiento que
se “sale” de la historia, pero que fundamenta toda nuestra fe cristiana.
Quienes hemos reflexionado y, sobre todo vivido y celebrado
esto, hemos comprobado que la Resurrección no es algo solamente del pasado,
sino que está muy presente en la vida de la persona. Así pues, te expongo algunos de los frutos de
la Resurrección:
- Alegría. Nadie nos la podrá quitar. Disipa todas las penas
y nos hace testigos de alegría.
- Paz, que llena todo nuestro interior y se manifiesta en la
manera de actuar.
-Fuerza, que nos hace ver la vida con optimismo, supera
todas las dificultades y
quita todos los miedos.
- Presencia amorosa. Ya nadie debe sentirse solo. Jesús
Resucitado está con nosotros.
- Vida abundante y para siempre. Estamos llamados a la
resurrección, a la vida
definitiva con Jesús.
Si estos cinco frutos los vives en tu vida de cada día,
estarás celebrando una Pascua viva, porque no basta creer que Cristo resucitó,
sino que te hace participar de la fuerza de su resurrección, o sea, que
resucita en ti.

- De los
frutos de la resurrección que te he presentado, ¿Cuál es más importante para ti?
- Piensa
en uno de ellos y en cómo lo puedes vivir durante esta jornada.
- ¿Cómo
se puede manifestar Cristo dentro de ti?
- Para
ser testigo de Cristo resucitado no basta decir: “Creo que Cristo ha resucitado”,
sino “yo vivo la experiencia de Cristo resucitado”, experimentar su vida nueva, llegar a ser hombres
nuevos
La PASCUA es un tiempo de alegría, de novedad porque Cristo
ha resucitado. Y no lo decimos por decir. Por increíble que parezca vemos y
descubrimos a nuestro alrededor montones de motivos para soñar con un mundo
mejor. ¡Feliz comienzo de clases y Feliz Pascua de Resurrección