ORAR CON MARÍA
Estamos en uno de los meses del año más
bonitos: es el mes de las flores, el mes de María. Nos fijamos en los
ingredientes con que María aderezaba su oración:
Contemplación
Que equivale a estar siempre a la escucha
de Dios, ser testigo de cada acontecimiento, llevarlo al fondo del alma y
descifrar allí lo que Dios nos quiere decir.
Disponibilidad
Porque quien ora no necesita agenda para
sus días ni mapas para sus caminos. Orar es dejar que Dios haga cosas
grandes dentro de nuestra pequeñez.
Alabanza

Servicio
Apenas el ángel de la Anunciación deja a
María, corre ésta a la montaña en ayuda de su prima. Por eso, orar con María,
es convertir la oración en servicio eficaz.
Fidelidad
María es Maestra de un estilo de orar
centrado en la fidelidad de Dios. Y nosotros qué cerca estamos siempre del
desaliento.
Hoy, en el mes de mayo, nos reunimos para
compartir con los demás el valor de María
María es un valor porque:
* fue oyente, siempre supo escuchar y
acoger con fe y con amor la Palabra de Dios y la de los amigos.
* fue orante y supo cantar con Dios la
alegría del canto a la vida.
* Supo estar presente en la comunidad de los
amigos y orar con ellos.
fue generosa y supo entregar lo mejor de sí
misma: su propio hijo.
MARÍA MUJER DE ESPERANZA
¿Qué es la esperanza?
Es esa disposición para seguir luchando
cuando todo parece cuesta abajo. Cuando nubarrones amenazan tormenta.
Cuando uno no entiende, o no cree, o no
sabe por dónde seguir.
María, Tú esperaste, en ese adviento
primero inesperado, al niño cargado de promesas.
Y esperaste, viéndole crecer, a ver qué sería
de su vida.
Le esperaste cuando se echó a los caminos.
A veces ibas detrás, y te fuiste haciendo
discípula, también tú.
Esperaste, atravesada por el dolor, al pie
de la cruz.
Y luego, con los que se encerraban,
temerosos, también allí estuviste, siendo para ellos madre y amiga.
Y con ellos confiaste. Hasta que se hizo la
Luz.
Y por eso me invitas, también a mí, a
fiarme, y a esperar, activamente.
Esperar en Dios, en este mundo, y su reino,
que juntos habremos de ir construyendo, entre muchos.
¿Qué espero hoy de Dios?
¿Y de la vida?
¿Y de mí mismo?
Tomando como símbolo una guitarra vamos a
ir desgranando que aspectos se asemejan con María.
Guitarra: caja armónica de resonancia. María
resonancia de Dios
“Su madre conservaba cuidadosamente todas
las cosas y las meditaba en su corazón” (Lc 2, 10, 21)
Una guitarra parece tan sencilla... Unas
tablas y poco más. Casi todo es madera, pero una madera que resuena, una buena
madera que recoge la melodía, el acorde, lo guarda en su corazón, en su caja de
resonancia y luego nos lo transmite: alegre, puro...
María es como la guitarra: sencilla, con un
corazón similar al de la caja de resonancia de la guitarra. En él supo acoger
cada día la melodía de Dios hecha palabra..
¿Seremos nosotros capaces de conservar
cuidadosamente las cosas de Dios es nuestro corazón para hacerlas resonar entre
los amigos?
Diapasón. María vibración de amor
“Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu
se alegra en Dios mi Creador” (Lc 1, 46-47)
Sin la diferencia de tonos de un diapasón
todo sonaría igual, seria todo monótono. Todo cambia cuando los dedos del
guitarrista recorren en el diapasón los trastes y obligan a las cuerdas a
apoyarse en las cejuelas. Entonces brotan esas notas alegres que invitan a
cantar, a bailar,...
María es como el diapasón de la guitarra de
nuestro mundo. En ella se apoya nuestra vida arrancándola vibraciones de amor.
Sin María todo sería monótono, aburrido.
Clavija afinadora. María afinadora de
nuestra vida
“El Poderoso ha hecho obras grandes por mí”
(Lc 1, 49)
Las cuerdas de la guitarra de vez en cuando
se desafinan. A veces suenan mal. El motivo es por no estar bien afinadas, por
tener cada una un tono distinto. Cuando giramos las clavijas colocadas al
extremo del diapasón las cuerdas se van ajustando y podemos tocar alegremente
las canciones.
María es como la clavija. Tiene vocación
tensante, vocación de afinamiento, de precisión humana y sobrenatural. Ella ha
sabido estar siempre en tensión tensando la vida de los hombres. Si dejamos que
María tense y afine nuestras vidas veremos que vibrarán con precisión de
Evangelio y siempre las tendrá a punto. Podremos entonces decir: Dios ha hecho
en mí obras grandes, por María, mi Madre”.
Cuerda 6º: “MI”..María, mujer profunda...
apoyo para todos.
“Dios ha puesto los ojos en la humildad de
su esclava, por eso desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones”.
(Lc 1, 48)
La cuerda 6ª es la última cuerda de la
guitarra, la cuerda más baja. Sin embargo, ella es la pauta para afinar todas
las demás cuerdas. Es la cuerda de la profundidad en la armonía, la que va manteniendo
el ritmo. La cuerda 6ª es la cuerda testigo y testimonio.
María es como la cuerda 6ª María es la
Misericordia, la mujer profunda. María es fiel testigo de Dios con la que
debemos afinarnos, ponernos de acuerdo para templar nuestras ilusiones, nuestra
fe, esperanza y nuestro amor.
¿Nos damos cuenta que nosotros también
somos llamados a ser apoyo para los demás, a ser testigos ante los demás, a dar
sentido a la vida?
Acorde: María acorde perfecto de
Dios.
“Y dijo el ángel: no temas María porque has
hallado gracia ante Dios... concebirás y darás a luz un hijo y le pondrás por
nombre Jesús” (Lc. 1, 30-35)
Si ahora un compañero o compañera nuestra
tocara, suavemente en el silencio, un acorde perfecto en su guitarra llegaría a
cautivarnos y tendría eco en nuestro pequeño ser de artistas que todos llevamos
dentro... estaríamos serenos, en equilibrio... Y es que el acorde perfecto de
guitarra da paz, equilibrio, armonía.
María nació con vocación de acorde
perfecto. Ella es el acorde que Dios compuso en la guitarra de su creación.
Ahora ese acorde sigue resonando sereno, lleno de paz en el corazón de la
juventud generosa y limpia.
Como María nosotros también estamos
llamados a hacer sonar en nuestra vida y con nuestra vida ese acorde perfecto.
Acaso cada uno en solitario nunca llegue a componerlo pero entre todos es
posible.