El Jardín de San Francisco

El Jardín de San Francisco

martes, 25 de febrero de 2025

ORACIÓN 26 DE FEBRERO


Tener la vida por delante. Vivir con ilusión, alegría, no tener miedo, estar lleno de fuerza y energía. Buscar, crecer, querer aprender. Estas pueden ser algunas características que definen a los jóvenes. La juventud, ese divino tesoro que desde otras edades se anhela, quizás porque evoca diversión, aventura, no tener límites, no tener grandes preocupaciones. Pero también es tiempo de ir construyendo un futuro, querer cambiar el mundo, caminar paso a paso, crecer en todos los aspectos, ser responsables del futuro que construye, tomar decisiones que determinarán lo que será su vida adulta…

En esta oración queremos traer ante ti a los jóvenes de hoy en día

Señor te pedimos por los jóvenes, que en su búsqueda y alegría se refleje tu Reino

Los jóvenes buscan un futuro estudiando, unos lazos fuertes de amistad y procuran pasar tiempo con sus amigos. Buscan divertirse practicando algún deporte, viajando. Siendo joven también se busca el sentido de la vida y Tú, Dios, ¿dónde estás en todo esto?

El papa francisco se dirigió así a los jóvenes en Rio de Janeiro

“Mirándolos a ustedes en este momento, me hace recordar a la historia de San Francisco de Asís, que mirando al crucifijo escucha la voz que le dice: “Francisco, repara mi casa”. Y el joven Francisco responde con prontitud y generosidad a esta llamada del Señor: “repara mi casa”. Pero, ¿qué casa? Poco a poco se da cuenta de que no se trataba de hacer de albañil y reparar un edificio de piedra, sino de dar su contribución a la vida de la Iglesia; se trataba de ponerse al servicio de la Iglesia, amándola y trabajando para que en ella se reflejara cada vez más el rostro de Cristo. También hoy el Señor sigue necesitando a los jóvenes para su Iglesia. Queridos jóvenes, el Señor los necesita.”

Todos conocemos la siguiente parábola de Jesús

“Ese día Jesús salió de casa y fue a sentarse a orillas del lago. Pero la gente vino a él en tal cantidad, que subió a una barca y se sentó en ella, mientras toda la gente se quedó en la orilla. Jesús les habló de muchas cosas, usando comparaciones o parábolas. Les decía: «El sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, unos granos cayeron a lo largo del camino: vinieron las aves y se los comieron. Otros cayeron en terreno pedregoso, con muy poca tierra, y brotaron en seguida, pues no había profundidad. Pero apenas salió el sol, los quemó y, por falta de raíces, se secaron. Otros cayeron en medio de cardos: éstos crecieron y los ahogaron. Otros granos, finalmente, cayeron en buena tierra y produjeron cosecha, unos el ciento, otros el sesenta y otros el treinta por uno. El que tenga oídos, que escuche.»

Cuando uno oye la palabra del Reino y no la interioriza, viene el Maligno y le arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Ahí tienen lo que cayó a lo largo del camino. La semilla que cayó en terreno pedregoso, es aquel que oye la Palabra y en seguida la recibe con alegría. En él, sin embargo, no hay raíces, y no dura más que una temporada. Apenas sobreviene alguna contrariedad o persecución por causa de la Palabra, inmediatamente se viene abajo. La semilla que cayó entre cardos, es aquel que oye la Palabra, pero luego las preocupaciones de esta vida y los encantos de las riquezas ahogan esta palabra, y al final no produce fruto. La semilla que cayó en tierra buena, es aquel que oye la Palabra y la comprende. Este ciertamente dará fruto y producirá cien, sesenta o treinta veces más.»

Continúa diciendo el papa Francisco:

“Jesús mismo explicó el significado de la parábola: La simiente es la Palabra de Dios sembrada en nuestro corazón (cf. Mt 13,18-23). Hoy, todos los días, pero hoy de manera especial, Jesús siembra. Cuando aceptamos la Palabra de Dios, entonces somos el Campo de la Fe. Por favor, dejen que Dios y su Palabra, entren en su vida. Dejen entrar la simiente de la Palabra de Dios. Dejen que germine, dejen que crezca. ¡Dios hace todo, pero ustedes déjenlo hacer! Dejen que Él trabaje en ese crecimiento.

… hagamos una cosa, todos en silencio, mirémonos al corazón y cada uno dígale a Jesús  que quiere recibir la semilla, dígale a Jesús ‘mira Jesús  las piedras que hay, mira las espinas,  pero mira este cachito de tierra que te ofrezco para que entre la semilla. En silencio dejamos entrar la semilla de Jesús. Acuérdense de este momento. Cada uno sabe el nombre de la semilla que entró. Déjenla crecer y Dios la va a cuidar.”

Como nos dice el Papa Francisco, Jesús utilizó frecuentemente las parábolas, estas narraciones o relatos simbólicos le dieron mucho juego para poner a sus oyentes y seguidores en contacto con Dios, son un recurso válido para “desentrañar” cómo es y qué quiere el Dios en el que creemos… así básicamente las utilizó Jesús y así podemos usarlas nosotros.

SEÑOR, HAZ DE MÍ UNA PARÁBOLA

 

Señor, haz de mí...

Sal del mundo: que me convierta en gourmet del reino,
añadiendo a la vida de cada día el único ingrediente
que conserva en su totalidad 
todas sus propiedades: Dios. (Mt 5, 13)

Señor, haz de mí...

Luz de las gentes: que nadie pase por mi vida 
sin contemplar el enorme voltaje de paz, 
amistad y amor que Tú has encendido en mí. (Mt 5, 14-16)

Señor, haz de mí...

Cimiento sólido: que las inclemencias y las adversidades de cada día
no permitan echar abajo la gran obra
que Tú estás construyendo en mi vida. (Mt 7, 24-27)

Señor, haz de mí...

Semilla que cae en tierra buena: que tu palabra cale profundamente en mi corazón 
y pueda dar fruto y fruto abundante. (Mt 13, 3-8. 18-23)

Señor, haz de mí...

Trigo en medio de la cizaña: que combata el mal a base de bien,
sin violencia, sin críticas destructivas, 
sin puñetazos encima de la mesa...,
dejando que el Sembrador 
se encargue de la cosecha. (Mt 13, 24-30. 36-43)

Señor, haz de mí...

Grano de mostaza: que, desde el anonimato y los últimos puestos,
pueda contribuir a acercar tu reino entre mi gente
creciendo en sabiduría, prudencia y amor de Dios. (Mt 13, 31-32)

Señor, haz de mí...

Levadura en medio de la masa: que mi vida sea un fermento de buenas obras en medio de mis hermanos. (Mt 13, 33)

Señor, haz de mí...

Tesoro a la vista de todos: que sean muchos los que me encuentren y puedan adquirir, 
a precio de hermano agradecido, 
las maravillas que Tú depositas en mí. (Mt 13, 44)

Señor, haz de mí...

Talento productivo: que jamás entierre los dones 
que Tú me entregas cada día, 
y tenga la valentía y la generosidad suficientes 
para compartirlos con mis hermanos (Mt 25, 14-30)

Señor, Maestro bueno y generoso, 
haz de mi vida una parábola de carne y hueso, 
capaz de transmitir, a través de las acciones y de los acontecimientos de cada día, 
tus enseñanzas a mis hermanos, haciendo de mi corazón, escuela del Reino, 
abierto las 24 horas del día, los 365 días del año.

Dios, dame el día de hoy fe para seguir adelante;
Dame grandeza de espíritu para perdonar;
Dame paciencia para comprender y esperar;

Dame voluntad para no caer;
Dame fuerza para levantarme si caído estoy;
Dame amor para dar;

Dame lo que necesito y no lo que quiero;
Dame elocuencia para decir lo que debo decir;
Haz que yo sea el mejor ejemplo para mis hijos;
Haz que yo sea el mejor amigo de mis amigos;

Hazme fuerte para recibir los golpes de la vida;
Déjame saber qué es lo que tú quieres de mi;
Déjame tu paz para que la comparta con quien no la tenga;

Por último

lunes, 10 de febrero de 2025

 ORACIÓN DEL 12 DE FEBRERO

Te adoramos. Oh, Cristo, en todas tus iglesias que hay en el mundo entero y te bendecimos pues por tu santa cruz redimiste al mundo.



Buenos Días, Señor; Buenos con tu Bondad, y de Día con tu Luz!

Aquí estoy haciendo esta parada ante Ti antes de empezar, al igual que le hace falta silencio a la música antes de comenzar; en tus Manos este Día, que Tú seas el Artista que cree una Bella Canción con mi vida, que Tú seas el Autor que escriba la página de este Día.

Otra vez comienza el Día

Sí, otra vez nos Regalas esta Bendición de Tiempo;

otra vez te pedimos que hagas nuevas todas las cosas;

porque Contigo este “otra vez” es Otra vez;

Contigo es otra vez tu Paz,

otra vez compartir,

otra vez tu Bien repartir,

otra vez el Mal desterrar,

 otra vez Despiertos soñar,

otra vez mirándote luchar,

otra vez en tu Amor triunfar,

otra vez tu Belleza contemplar,

 otra vez en tu Plenitud caminar,

otra vez nuestro corazón a Sonreír,

otra vez Sentir, otra vez Reír, otra vez Vivir!

Señor, Te doy gracias por este día. Te doy gracias porque puedo ver y escuchar esta mañana. Estoy bendecida porque tú eres un Dios de perdón y comprendes, tú has hecho tanto por mí y por otros, soy bendecida porque tú sigues bendiciéndome.

 

Hoy 11 de febrero celebramos la Jornada Mundial del enfermo el amor de Dios manifestado en Cristo resucitado, sigue animando nuestra vida. Hoy los enfermos y sus familias, los profesionales de la salud, tienen un espacio especial, es un día para unirnos a tanto dolor y sufrimiento como hay en nuestro entorno, pero también para decirles que no están solos, que lo mismo que Jesús mostró su cercanía y su preocupación, lo hacemos nosotros como cuerpo asistencial de Dios.

 

En uno de sus mensajes de la  Jornada Mundial del Enfermo, el Papa Francisco afirma que Dios está cerca de los que sufren, a través del encuentro, el don y el compartir. “En el tiempo de la enfermedad, si por una parte experimentamos toda nuestra fragilidad como criaturas, por otra parte, sentimos la cercanía y la compasión de Dios”.

Él no nos abandona y muchas veces nos sorprende con el don de una determinación que nunca hubiéramos pensado tener, y que jamás hubiéramos hallado por nosotros mismos.

 

La enfermedad, asegura, se convierte en ocasión de un encuentro transformador, “en el hallazgo de una roca inquebrantable a la que podemos aferrarnos para afrontar las tempestades de la vida.  “una experiencia que, incluso en el sacrificio, nos vuelve más fuertes, porque nos hace más conscientes de que no estamos solos”. El dolor – añade el Papa - lleva siempre consigo un misterio de salvación, porque hace experimentar el consuelo que viene de Dios de forma cercana y real”.

 

“Sólo de su Pascua nos viene la certeza de que nada, ‘ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura podrá separarnos jamás del amor de Dios’”. Y de esta ‘gran esperanza’ “deriva cualquier otro rayo de luz que nos permite superar las pruebas y los obstáculos de la vida”, dice Francisco citando a su predecesor Benedicto XVI.

 

El Amor de Dios es un amor efectivo. Nos cambia la forma de ver y la forma de responder. Aunque no podemos ver a Dios, sí podemos ver el efecto de su Amor en las circunstancias de nuestras vidas.

Su Amor se hace visible al darnos cuenta de cómo nos cuida a través de todas las personas que nos han amado. Se hace visible cuando recordamos las veces que hemos sido perdonados de las consecuencias de nuestros pecados y tonterías.

Más que todo, el Amor de Dios se hace visible cuando sentimos que desaparecen nuestros temores, y que se alzan nuestros corazones con nuestro amor y preocupación por los demás. Incluso si nuestras experiencias de ser amados han sido a veces decepcionantes, existe en nuestro ser profundo, siempre vivo, siempre anhelante, el Espíritu de Amor, el Espíritu de Dios, que continúa creándonos y sosteniéndonos.

Dios es Amor. Él nos ha amado desde el principio.

Hemos estado reflexionando sobre el Amor de Dios, convencidos de que podemos y debemos transmitir este amor a nuestros enfermos, entonamos la siguiente oración.

Deus caritas est,
Dios es amor.
 
Tú, Padre, nos has amado tanto,
lo hemos experimentado a lo largo de la Historia:
en Egipto, en Israel, en la Cruz,
en nuestras vidas.
 

A veces la enfermedad pretende
arrebatarnos esta increíble experiencia,
otras veces, es la ocasión para vivirla.
 
También hoy sigo sintiendo tu Amor,
en tantos acontecimientos,
en tantas experiencias,
en tantas personas.
 
Un amor que no me deja indiferente:
me empuja también a mí a Amar,
a amar en dos direcciones:
a Ti y al hermano.
 
Dame tu Espíritu, Señor,
para amar siempre como Tú:
mirar como Tú, servir como Tú,
entregarme como Tú.
 
Con los enfermos,
pero también cuando a mi me toque
la enfermedad o el sufrimiento.
 
Que tu Amor me contagie y penetre,
para llegar a decir también yo:
«ya no soy yo, es Cristo quien ama en mí».
 
Gracias, Señor, por tu Amor,
gracias por tu Caridad.
 

Señor,
Hazme un instrumento eficaz
De tu misericordia.

Señor, bendice mi mente
Para que no sea indiferente ni insensible,
Sino solicita a las necesidades.
De mi prójimo enfermo.

Señor, bendice mis ojos
Para que reconozca en el que sufre
Tu rostro, y me conduzcan
A la luz y tesoros interiores.

Señor, bendice mis oídos
Para que oigan las voces que suplican escucha.
Y respondan a los mensajes
De quien no sabe expresar con palabras. .

Señor, bendice mis manos
Para que no permanezcan cerradas ni frías,
Sino, que transmitan calor y cercanía
Hacia quien necesita una presencia amiga

Señor, bendice mis labios
Para que no pronuncien frases vacías,
Sino, que expresen comprensión y gentileza
Que nace de un corazón que ama.





domingo, 2 de febrero de 2025

ORACIÓN 5 DE FEBRERO

Te adoramos. Oh, Cristo, en todas tus iglesias que hay en el mundo entero y te bendecimos pues por tu santa cruz redimiste al mundo.

Como cada año, celebramos en el colegio la Jornada Nacional de Manos Unidas Campaña contra el hambre. Bajo el lema “Compartir es nuestra mayor riqueza” La desigualdad creciente es el mayor reto al que se enfrenta hoy la humanidad. Implica la exclusión o discriminación en las oportunidades de vida, es permanente y estructural, y supone un profundo deterioro en las condiciones de vida digna de las personas. Además, atenta contra todos los derechos humanos que garantizan una vida verdaderamente humana, como son el trabajo digno, la alimentación, el agua y el saneamiento, la vivienda, la salud, la educación, la participación o un medio ambiente saludable. Y afecta, sobre todo, a los países más empobrecidos del Sur global.

La «Economía de Francisco» es un movimiento inspirado por el papa Francisco que busca promover un modelo económico más justo, inclusivo y sostenible, en respuesta a los problemas globales como la desigualdad, la pobreza y el deterioro ambiental. Toma su nombre en honor a san Francisco de Asís, quien simboliza una vida sencilla, la justicia social y el respeto por la naturaleza.

Reflexionemos ahora sobre los 12 puntos de la economía de Francisco:

Una economía… ...de paz y no de guerra.

Una economía… ...donde el cuidado sustituya al descarte y la indiferencia

Una economía… ..al servicio de la persona, de la familia y de la vida, respetuosa de cada mujer, hombre, niño, anciano, y sobre todo de los más frágiles y vulnerables.

Una economía… ...que no deja atrás a nadie, para construir una sociedad en la cual las «piedras» que la mentalidad dominante descarta, se vuelvan «piedras angulares».

Una economía… que reconozca y tutele el trabajo digno y seguro para todos, especialmente para las mujeres

Una economía… que asume el cuidado de la creación y no la saquea

Una economía… ...que sepa valorizar y preservar las culturas y tradiciones de nuestros pueblos, todas las especies vivientes y los recursos naturales de la Tierra.

Una economía… ...que combata la miseria en todas sus formas, que reduzca las desigualdades y sepa decir con Jesús y Francisco «dichosos los pobres»

Una economía… donde las finanzas sean amigas y aliadas de la economía real y del trabajo, y no estén en su contra.

Una economía… .que cree riqueza para todos, que genere alegría y no solo  bienestar, porque una felicidad que no se comparte es una felicidad incompleta.

Una economía… .que se opone a la proliferación de las armas, especialmente las más destructivas.

Una economía… guiada por la ética y abierta a la trascendencia.

 

En el colegio, animados por nuestros chicos de Prejufra, también queremos  unirnos con nuestras pequeñas aportaciones a esta Campaña y por eso este miércoles nos unimos a ellas desde la oración, para que el Señor nos ilumine y nos ayude a llevar a buen término esta campaña y nos enseñe a compartir lo que tenemos

Señor, enséñame a compartir lo que tengo

Señor, tal vez no tenga muchas cosas para dar,
pero he recibido muchos dones
para compartir con los demás.
Enséñame a no ser egoísta,
a pensar primero en los demás
y a compartir con alegría.
Enséñame a compartir
lo que soy y lo que tengo.
Que no me apegue
a mis cosas y me las guarde,
sino que aprenda a ofrecerlas,
para que todos puedan disfrutar con lo que he recibido.


Señor, tengo mucho para dar,
y lo que tengo se puede multiplicar si lo comparto.
Jesús, cambia mi corazón
y que comparta lo que tengo
porque dando se recibe
y compartiendo se descubre
tu presencia en nuestro corazón.

        

Te pedimos Señor, que haya bocas que pregonen tu voz,

ojos de creyentes que vean las  necesidades de  los hermanos,

pies valientes que vayan donde nadie va,

corazones que se entreguen a los que nadie se entrega

y de este modo crezca la generosidad entre los creyentes

para que llegue tu Reino de Justicia a todos los rincones de la tierra

 

Terminamos nuestra oración de hoy escuchando la oración de Manos Unidas

Que seamos, Señor, manos unidas

en oración y en el don.

Unidas a tus Manos en las del Padre,

unidas a las alas fecundas del Espíritu,

unidas a las manos de los pobres.

 

Manos del Evangelio,

sembradoras de Vida,

lámparas de Esperanza,

vuelos de Paz.

 

Unidas a tus Manos solidarias,

partiendo el Pan de todos.

Unidas a tus Manos traspasadas

en las cruces del mundo.

Unidas a tus Manos ya gloriosas de Pascua.

 

Manos abiertas, sin fronteras,

hasta donde haya manos.

Capaces de estrechar el Mundo entero,

fieles al Tercer Mundo,

siendo fieles al Reino.

 

Tensas en la pasión por la Justicia,

tiernas en el Amor.

 

Manos que dan lo que reciben,

en la gratuidad multiplicada,

siempre más manos,

siempre más unidas.