El Jardín de San Francisco

El Jardín de San Francisco

miércoles, 28 de noviembre de 2018

del santo evangelio según san Lucas (21,12-19):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.
Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, parientes, hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».

Palabra del Señor
 RAIMUNDO LULIO 
Raimundo-Lulio    Ayer celebramos en nuestro centro el día del beato Raimundo Lulio. 
Conozcamos detalles sobre su vida:
Nació el 25 de enero de 1232 en Palma de Mallorca.
Criado en una familia barcelonesa establecida en la isla a raíz de su conquista por Jaime I (1229).

Se casó y fue padre de dos hijos. Dejó su familia y sus bienes para peregrinar a Santa María de Rocamadour, cerca de Tolosa, y a Santiago de Compostela.
Se dedicó a la vida contemplativa en una cueva del monte.
En el año 1274 termina “Libre de contemplació” (Libro de contemplación) y “Art abreujada d'atrobar veritat” (Arte abreviado de encontrar verdad), obras representativas de su pensamiento filosófico.

Escribió un relato autobiográfico, Vida coetània (Vida coetánea), dictado a sus discípulos de la Cartuja de Vauvert (París) en 1311.

Jaime II de Mallorca  le concedió los medios económicos para la fundación de un colegio de misioneros en Miramar (Mallorca).
En 1288 recibió el título de doctor (magister) en la Universidad de París.

Su celo apostólico le hizo concebir la creación de nuevos centros de formación de misioneros. Con éxito muy escaso, sometió insistentemente estos planes a reyes y papas. 
En 1311 vio cómo el Concilio de Viena del Delfinado recogía una parte de sus propuestas.
Realizó labor misionera en expediciones por la costa sur del Mediterráneo. La última de ellas (1314-1316) le llevó a Túnez.

Ramón Llull murió el 29 de junio de 1315 en Mallorca.

En su capital, en la iglesia del convento de San Francisco, de cuya orden suele admitirse que fue terciario, reposan sus restos. 
La Iglesia romana le concedió el título de beato. 
El amor verdadero no se pesa
«Dad y os darán: recibiréis una medida generosa, apretada, remecida y rebosante» (Lc 7, 38) 
Decía Calderón de la Barca: «Que cuando amor no es locura no es amor». Y es que dar paso a la lógica divina del amor es una locura para cualquiera. Cuando leemos el evangelio con el corazón nos damos cuenta de que el amor de Dios no es cicatero, no se puede calcular, ni se mide, ni se pesa. 
La medida de la generosidad de Dios es tan desconcertante, abundante y tan difícil de imaginar como las estrellas del universo; tan difícil de medir como los granos de arena de una playa; tan sin fin como las gotas de un inmenso océano. Así, en el evangelio, el padre misericordioso no calculó el amor con el hijo pródigo, lo derrochó. Y aquel que contrató a los jornaleros de la última hora y les dio el mismo salario que al resto, no reservó su extrema generosidad. 
Cuando somos capaces de liberarnos de las cadenas de una deuda y abandonamos nuestros precisos cálculos, permitimos que en nuestra vida entre un Amor que solo puede crecer; “Siempre es más y no sabe de números” tiende a infinito y brota a borbotones. 
¿Te sueles ver midiendo y pesando tu amor, tu generosidad, tu bondad con los demás?

Los sueños que sanan
«Después derramaré mi espíritu sobre todos: vuestros hijos e hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones» (Joel 3, 1)
Hay que tener alma de soñador. Hay que imaginar mundos mejores, para después imaginar la forma de construirlos. Hay que intuir novedad, mejorar, para así tener una humanidad más plena. 
De noche uno imagina, sueña despierto, en esa última hora antes de quedar dormido, todo parece más fácil, posible, cierto y aunque luego, con la luz del día, los contornos se vuelven más reales y las metas más difíciles, ¿por qué no mantener encendida la llama de la esperanza? ¿Por qué limitarse a arrastrar los días cuando podemos elevarnos y mirar desde una altura hecha de evangelio, de bienaventuranza y de la bondad humana?
¿Cuáles son tus sueños en este momento de la vida?