El Jardín de San Francisco

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miércoles, 10 de octubre de 2018


 Resultado de imagen de ranas en nata

LA  HISTORIA  DE  LA  CONSTANCIA

Esta es la historia de dos ranas que saltaron dentro de un cubo de nata en una lechería.
-  Más vale que nos demos por vencidas (graznó una de ellas mientras se esforzaba en vano por salir). Estamos perdidas.
- Sigue nadando (dijo la otra). Saldremos de alguna manera.
- Es inútil (chilló la primera). Es demasiado espeso para nadar; demasiado blando para saltar; demasiado resbaladizo para arrastrarse. Como, de todas maneras, hemos de morir algún día, mejor que sea esta noche.
Aquella misma noche se dejó caer y pereció ahogada. Su amiga siguió nadando y nadando sin rendirse…
               Y al amanecer, se encontró sobre un montón de mantequilla que ella misma había batido. Y allí estaba, sonriente, comiéndose las moscas que acudían en bandadas de todas las direcciones.
               Aquella rana descubrió lo que muchos pasan por alto. Si somos constantes en nuestra tarea el tiempo suficiente, a la larga saldremos triunfantes.

REFLEXIÓN:
Estás comenzando la aventura de un nuevo curso. Que no te puedan las dificultades. No pierdas en todo el año las ganas que tienes ahora de conseguir tus objetivos.

Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,1-4):

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.»
Él les dijo: «Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación."»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN
En el evangelio Jesús nos enseña la oración del Padrenuestro. Es la respuesta a la inquietud de sus discípulos por la oración: “Señor, enséñanos a orar”. Es la oración fundamental, es decir la que nos lleva al fondo de nuestra fe, a nuestra experiencia filial.
El Padrenuestro es un maravilloso y sencillo mapa para viajar al centro. En la versión de Lucas, nos lleva al centro a través de cuatro peticiones esenciales: el reino, el pan, el perdón, la preservación de la tentación.
 Jesús ora porque necesita viajar al centro de su experiencia filial, porque necesita respirar el cariño de su Abbá. Jesús es el gran experto del "viaje al centro", y  desde el centro, se conecta con todos y con todo.
Estas expresiones pueden malentenderse en tiempos en que hemos hablado, más bien, de la necesidad de viajar por la periferia. No hay contradicción. Aquí el "centro" no significa el ámbito del poder sino el núcleo de la persona, su corazón. Viajar al centro es viajar al santuario de nuestra identidad, en el que descubrimos a Dios, nos descubrimos a nosotros mismos de un modo nuevo, nos vinculamos a los demás en la raíz y nos insertamos en el mundo, por eso orar es como respirar.

Para terminar esta oración de la mañana recemos el Padrenuestro